El 77e Los Espaoles Rechaza Que Catalua Se Independice
MADRID- Apenas 24 horas restan para que el desafo independentista se ponga en escena, un ao ms. Pero la manifestacin con motivo de la Diada de maana ser, sin duda, diferente. El motivo? Que es la primera ocasin en que Catalua lanza su rdago independentista pocos das despus de solicitar un rescate en toda regla del Gobierno. Un doble rasero, el de querer separarse de Espaa y a la vez pedir su dinero, que no es ni mucho menos aprobado por los espaoles. As se desprende de la encuesta de NC Report para LA RAZN, en la que seis de cada diez espaoles estn a favor de rescatar a Catalua, pero al mismo tiempo tres de cada cuatro rechazan su independencia. Y tampoco tiene demasiados seguidores la gestin de Artur Mas al frente de la Generalitat.
No gusta a los espaoles que no renuncie a una sola de sus embajadas en el exterior ni a recortar los sueldos a sus diputados. Tampoco que d aliento a las pretensiones independentistas, amenazando con adelantar elecciones si los hombres de negro del Gobierno entran en Catalua y alentando el enfrentamiento entre esta comunidad y el resto de Espaa. Porque sa es la actitud de Artur Mas. Una poltica de gestos impropia para alguien que acaba de pedir 5.023 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonmico para hacer frente a los vencimientos de su deuda.
Y es que lanzar un rdago con la que se le viene encima no parece la opcin ms inteligente. Desafo que pasar su prueba de fuego maana, durante la manifestacin en Barcelona con motivo de la Diada. De marcado carcter independentista, el lder de CiU y los suyos llevan das animando a los catalanes a salir a la calle y defender con contundencia el pacto fiscal y el cataln o, lo que es lo mismo, forzar a Rajoy a dar un paso atrs y ceder al chantaje.
Sobra decir que a Mas le cuesta apearse del carro del soberanismo que tantos votos le report en las ltimas elecciones, pero Catalua ha demostrado que por s sola no puede mantenerse. El lder de CiU se ha olvidado de los 70 millones que an debe a las entidades sociales, los diez millones que adeuda a la educacin concertada o los impagos acumulados a la sanidad concertada, que ya superan los 345 millones. Por no hablar de las veces que los funcionarios catalanes han estado a punto de no cobrar su nmina, mientras Mas se negaba a reducir el sueldo de 3.000 euros mensuales de los diputados porque cobrar menos de eso era inaudito.
Tampoco est dispuesto a cerrar ni una sola de las 23 sedes que Catalua tiene repartidas por el mundo, pese a verse obligado a solicitar un crdito puente urgente y as poder pagar sus deudas. Hablamos de las seis embajadas y las 17 delegaciones comerciales que tiene en el exterior y que suponen un gasto anual de 32,8 millones de euros. Y en su empeo por aparentar independencia del Estado, al Gobierno de la Generalitat se le van ocurriendo frmulas para tapar su mala gestin sin tener que pedir ayuda. La ltima, que no la nica, pretende que una parte de la subida del IVA repercuta en Catalua.
Sea como fuere, el panorama que se le viene encima a Mas no es muy alentador. Esta semana comienza un curso poltico en el que volver a ponerse de manifiesto el conflicto latente entre Espaa y los partidarios de la independencia catalana. El primer rdago llegar bajo la proclama Catalua, nuevo Estado de Europa, el lema de una Diada que se prev multitudinaria. El segundo, el 20 de septiembre en la reunin de Mas con el presidente Rajoy en Moncloa en la que volver a plantear el pacto fiscal. De ambos acontecimientos depender el futuro de Catalua. Y al mismo tiempo, el de Espaa.
No gusta a los espaoles que no renuncie a una sola de sus embajadas en el exterior ni a recortar los sueldos a sus diputados. Tampoco que d aliento a las pretensiones independentistas, amenazando con adelantar elecciones si los hombres de negro del Gobierno entran en Catalua y alentando el enfrentamiento entre esta comunidad y el resto de Espaa. Porque sa es la actitud de Artur Mas. Una poltica de gestos impropia para alguien que acaba de pedir 5.023 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonmico para hacer frente a los vencimientos de su deuda.
Y es que lanzar un rdago con la que se le viene encima no parece la opcin ms inteligente. Desafo que pasar su prueba de fuego maana, durante la manifestacin en Barcelona con motivo de la Diada. De marcado carcter independentista, el lder de CiU y los suyos llevan das animando a los catalanes a salir a la calle y defender con contundencia el pacto fiscal y el cataln o, lo que es lo mismo, forzar a Rajoy a dar un paso atrs y ceder al chantaje.
Sobra decir que a Mas le cuesta apearse del carro del soberanismo que tantos votos le report en las ltimas elecciones, pero Catalua ha demostrado que por s sola no puede mantenerse. El lder de CiU se ha olvidado de los 70 millones que an debe a las entidades sociales, los diez millones que adeuda a la educacin concertada o los impagos acumulados a la sanidad concertada, que ya superan los 345 millones. Por no hablar de las veces que los funcionarios catalanes han estado a punto de no cobrar su nmina, mientras Mas se negaba a reducir el sueldo de 3.000 euros mensuales de los diputados porque cobrar menos de eso era inaudito.
Tampoco est dispuesto a cerrar ni una sola de las 23 sedes que Catalua tiene repartidas por el mundo, pese a verse obligado a solicitar un crdito puente urgente y as poder pagar sus deudas. Hablamos de las seis embajadas y las 17 delegaciones comerciales que tiene en el exterior y que suponen un gasto anual de 32,8 millones de euros. Y en su empeo por aparentar independencia del Estado, al Gobierno de la Generalitat se le van ocurriendo frmulas para tapar su mala gestin sin tener que pedir ayuda. La ltima, que no la nica, pretende que una parte de la subida del IVA repercuta en Catalua.
Sea como fuere, el panorama que se le viene encima a Mas no es muy alentador. Esta semana comienza un curso poltico en el que volver a ponerse de manifiesto el conflicto latente entre Espaa y los partidarios de la independencia catalana. El primer rdago llegar bajo la proclama Catalua, nuevo Estado de Europa, el lema de una Diada que se prev multitudinaria. El segundo, el 20 de septiembre en la reunin de Mas con el presidente Rajoy en Moncloa en la que volver a plantear el pacto fiscal. De ambos acontecimientos depender el futuro de Catalua. Y al mismo tiempo, el de Espaa.