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Chifiordos



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Los barcos de Skorpios salen de Puerto Montt los días Sábado para volver el Viernes siguiente por la mañana. Los barcos son modernos y están equipados con la tecnología punta para la navegación y su personal está totalmente entregado para hacer que nuestra estadía sea lo más agradable y placentera. Son seis días de descanso e intenso placer. Todo los servicios que nos presta están incluidos en el precio del viaje, con bar abierto las 24 horas y comidas basado en carnes y frutos del mar chileno.

Nuestro tour era el crucero 211 de Skorpios III habiendo salido un 5 de Enero rumbo a los canales del sur con 96 pasajeros a bordo.
El viaje se hace por los canales interiores por lo cual los que se marean son muy pocos. Yo por desgracia me mareo hasta en un vaso de agua, por lo cual solicité a mi médico en Canadá que me recetara uno de los parches que se colocan tras de la oreja para evitar los mareos. Santo remedio, pues pude gozar del viaje sin mareos aún cuando el barco atravesó el Golfo de Corcovado; ésta es la única porción del viaje en el cual se navega por mar abierto. Sin embargo el viaje está planificado tal que esta zona se atraviesa durante la noche cuando la mayor parte de los pasajeros están durmiendo. Yo no recuerdo haber visto a nadie enfermo por los mareos. Los mareados eran mas bien producto del "bar abierto", los pisco sour o del vino de la cena.

El crucero sale temprano por la mañana; se orilla la costa del Archipiélago de Llanquihue, pasando frente a las islas de Tenglo, Guar, y Puluqui; cruzando el Canal de Chacao que separa la gran isla de Chiloé del continente, y luego el Golfo de Ancud y más al sur, las treinta y dos islas que forma el Archipiélago de Chiloé.

Todas las islas están habitadas, hay bellas casas construidas en las laderas de los cerros mirando al mar. Atrás van quedando el volcán Osorno con sus 2,652 metros de altura, el volcán Calbuco, el cerro Puntiagudo, el volcán Hualaique. El Osorno y el Calbuco se encuentran a orillas del Lago Llanquihue y han sido fotografiados cientos de veces con sus nieves eternas para las "postales del sur". A nuestra derecha está la cuidad de Calbuco, que fue construida en una península en 1602, sólo 250 años antes que Puerto Montt, como centro maderero principalmente de alerce y ciprés. Se caracteriza por su iglesia parroquial de una sola torre construida de madera.

En el sur las iglesias se construyen de madera debido a que era el material que estaba a la mano, y por su gran resistencia a los sismos. En Chiloé hay un tour especial dedicado a visitar las iglesias de madera de la isla, o las construidas por los inmigrantes alemanes (1852) en los pueblos que orillan el Lago Llanquihue. El viaje es relajado, los días son claros, semi-nublados una vez que se entra a los canales, llueve suavemente. Es tiempo para apoyarse en las barandillas, para absorber el paisaje, para recostarse en las cómodas sillas sobre la cubierta, para gozar del clima con sus suaves brisas. Se escucha el "click" de las máquinas fotográficas, y del "click" de los ¡salud! con pisco, con unas vainitas o un vaso de vino, mientras nos preparamos para nuestro primer almuerzo a bordo. Son cuatro comidas diarias preparadas por un equipo de chefs que nos deleitarán con sus platos y salsas.

Pasamos por el Archipiélago de Chiloé con islas con nombres como: Isla Butachauques, Tac, Meulín, Apiao, Desertores, Chulín, Talcán, Quehuí, etc., todas cubiertas de vegetación hasta el agua; de vez en cuando se nota un grupo de casas o una caleta de pescadores. El barco navega rumbo al Golfo de Corcovado para llegar a la mañana siguiente a la Isla de Ester y a la caleta de pescadores en Puerto Aguirre.

A la mañana siguiente hemos entrado a Puerto Aguirre, es una parada de sólo 2 horas. Llueve suavemente y en el muelle se han juntado unos veinte chicos y chicas del pueblo para ofrecer sus servicios de "guías". Se escuchan sus voceos, "¡ lo acompañó patrón!". La caleta está repleta con barcos pesqueros alineados en la playa, quisiera ser pintor para plasmarles aquí las vistas sobre la tela. Las calles son angostas, empinadas en las laderas de los cerros, las han apisonado usando la conchuela molida de los mariscos. Las casas son pequeñas, todas diferentes, pintadas de colores vivos como el rojo, azul, amarillo. Tienen techos de planchas de zinc y las tejas de sus paredes están hechas de madera de alerce; se llaman "pizarrilla ". Estas tejas merecen una crónica aparte pues cada casa tiene una distinta, sus extremos que quedan a la vista han sido cortados con sierra con contornos diferentes. Los hay de punta recta, poligonal, convexa, cóncava, circular o combinación de éstas. No se ve a gentes en la calle; una lugareña nos dice que los hombres andan aún "enfiestados" y que no saldrán a faenar la mar hasta la tercera semana de Enero.

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